Por Lucas Emiliano Favaro / Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888), político, pedagogo y escritor argentino, presidente de la República (1868-1874), una de las personalidades sudamericanas más ilustres del siglo XIX, cuya presidencia sirvió para asentar los cimientos de la construcción de la Argentina contemporánea.
Exilio chileno
Nacido el 15 de febrero de 1811 en San Juan (región de Cuyo y actual capital de la provincia de San Juan) era hijo de un soldado que combatiría a las órdenes del general José de San Martín. Tuvo una formación fundamentalmente autodidacta, pues académicamente no pasó de la enseñanza primaria. Subteniente desde 1828, en la Guerra Civil que asoló a las Provincias Unidas del Río de la Plata combatió en el bando liberal. En 1831, durante el primer gobierno bonaerense ejercido por Juan Manuel de Rosas, marchó exiliado a Chile, donde trabajó como capataz en una mina y como profesor.
Regresó enfermo en 1836 a su ciudad natal y continuó ejerciendo la enseñanza hasta que en 1840, tras ser hecho preso a causa de su oposición a la dictadura de Rosas, se exilió de nuevo en Chile, para fijar su residencia un año más tarde en Santiago. En esa ciudad inició su labor periodística. En 1842 fundó El Progreso y fue nombrado primer director de la Escuela Nacional de Preceptores. En 1843 apareció su obra titulada Mi defensa, presentó su Memoria sobre ortografía americana (publicada años más tarde) y un año después se publicó La conciencia de un niño. Desde el 2 de mayo de 1845 comenzó a aparecer en El Progreso su Facundo, civilización y barbarie, un apasionado ataque contra el régimen de Rosas, a la vez que ensayo sociológico novelado, que se ha convertido en un clásico de la literatura argentina e hispanoamericana en general y de la creación literaria del romanticismo.
El gobierno chileno le envió en octubre de ese año a Europa, al norte de África y a Norteamérica para estudiar sus sistemas educativos y la aplicación del colonialismo occidental, periplo del que resultaría años después la publicación de su obra Viajes por Europa, África y América, 1845-1847. Tras permanecer en Uruguay y Brasil llegó en mayo de 1846 a Francia, desde donde viajó a Argelia, Italia y otros países europeos, Estados Unidos y Canadá antes de regresar a Chile en febrero de 1848.
Presidente Argentino
Tres años después se unió a Justo José de Urquiza en su lucha contra Rosas y en febrero de 1852 participó en la batalla de Caseros que supuso la definitiva caída del dictador bonaerense. En 1855 regresó a su país y se instaló en la ciudad de Buenos Aires, donde ejerció como redactor jefe del diario El Nacional y como profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Nacional. Concejal y senador de Buenos Aires, en 1859 participó en la Convención Constituyente que en 1860 reformó la Constitución de 1853 para declarar a la provincia de Buenos Aires parte integrante de la Confederación Argentina. Desde 1862 hasta 1864 fue gobernador de la provincia de San Juan.
Ministro plenipotenciario argentino en Estados Unidos desde 1865 hasta 1868, regresó a Buenos Aires en agosto de ese año y tras vencer a Bartolomé Mitre fue elegido presidente de la República, cargo que comenzó a desempeñar el 12 de octubre siguiente. Su administración fue enérgica y progresista, extendió el comercio, mejoró el transporte, favoreció la inmigración, codificó el Derecho civil y fomentó la enseñanza como medio indispensable de lograr el desarrollo del país. Todo ello tuvo lugar al tiempo que debía enfrentarse a los problemas relacionados con el asesinato de Urquiza en 1870 y con la rebelión de Ricardo López Jordán en Entre Ríos desde 1870 hasta 1873. El 12 de octubre de 1874 finalizó su mandato y fue sucedido por Nicolás Avellaneda, que había sido ministro suyo.
Elegido senador en 1875, y nombrado director general de Escuelas de la provincia de Buenos Aires ese mismo año, reorganizó el sistema escolar. En 1879 se convirtió en ministro del Interior del gabinete presidido por Avellaneda, cargo que ejerció durante sólo un mes. Dedicado fundamentalmente a la labor periodística, entre sus últimos escritos destacan Conflictos y armonías de las razas en América (1883) y La vida de Dominguito (una biografía de su hijastro que apareció en 1886), así como numerosos ensayos dedicados a la educación. Falleció el 11 de septiembre de 1888 en la ciudad paraguaya de Asunción, a donde se había dirigido con el objeto de preparar un proyecto educativo para ese país, y fue enterrado en Buenos Aires.
Su aporte a las ciencias y a la enseñanza
Sarmiento realizó una importante contribución al saber gracias al aporte que realizó como promotor del progreso científico y una acción y prédica constante a favor de la enseñanza y creación de instituciones científicas y culturales.
Durante su presidencia se inició la formación profesional de maestros. Creó escuelas normales anexas a los colegios nacionales de Corrientes y de Concepción del Uruguay en 1869 y de Paraná en 1870. Fundó el Colegio Militar, la Escuela Naval, y escuelas de arboricultura y agronomía en San Juan, en Mendoza, y más tarde en Tucumán y Salta.
Creó escuelas primarias en varias provincias e importó de Europa gabinetes de ciencias y colecciones de historia natural.
Por su iniciativa se crearon en la región cuyana las cátedras de mineralogía en los Colegios nacionales de Catamarca y de San Juan, que se convertirían en 1876 en la Escuela de Ingenieros de San Juan.
En cumplimiento de una ley de 1869 encomendó a German Burmeister (el por entonces director del Museo de Buenos Aires) las gestiones para incorporar veinte profesores europeos para la enseñanza de ciencias exactas y naturales en la Universidad de Cordoba
Durante su gestión como representante argentino en Estados Unidos logró que el astrónomo Benjamin Gould aceptase viajar a la Argentina para crear un observatorio astronómico. Cuando Gould llegó a la Argentina, Sarmiento ya era presidente y había creado el Observatorio astronomico de Cordoba que adquiriría en aquel entonces relevancia internacional. También a Sarmiento y Gould se deben la iniciación de los estudios meteorológicos en Argentina al crearse en 1872 la Oficina Meteorológica Nacional que funcionó hasta 1884 en Córdoba y luego se trasladaría a Buenos Aires.
Según una anécdota parece que el fútbol también le debe su impulso. En efecto, Alexander Hutton, padre fundador del fútbol argentino, y a la sazón, Rector del High School English, al solicitarle permiso a Sarmiento para enseñar el deporte de la pelota entre sus estudiantes (base del recordado Alumni), recibió esta respuesta: "Que aprendan, mi amigo, a las patadas pero que aprendan".
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Acerca de esta página
LOYOLITA es una Revista de Ciencias Sociales de los estudiantes del Tercer año de la Escuela Secundaria "San Ignacio de Loyola" de Hudson, República Argentina.